jueves, 22 de marzo de 2012

Human Media

Social media is about social science, not technology. Con esta frase comienza el interesante artículo “The 6 Pillars Of Social Commerce: Understanding The Psychology Of Engagement” publicado en fastcompany.com.

No es un encabezamiento revolucionario, pero sí un axioma que deja en evidente mal lugar a los que se empeñan en cercenar las posibilidades comunicativas de este ámbito. Las bases de nuestro comportamiento como usuarios están solidamente fundamentadas en principios de índole sociológico: quiénes somos, cómo nos mostramos, qué compartimos, cómo nos divertimos... dónde se halla el centro de nuestro ser social. El propio proceso creativo es orgánico, físico, natural. Tan offline, tan old school.Cuando hablo de quienes se empeñan en priorizar el factor tecnológico no hablo solo de la supremacía de lo técnico como valor creativo, sino de aquellas estructuras, endémicas en las grandes agencias, que insisten en el error de tratar los encargos digitales como una parte aislada (complementaria en el mejor de los casos) de la construcción de las marcas.

¿On/off?
Por lo visto, aún no hemos superado la barrera -física, incluso- que separa ambas disciplinas. La creatividad social tiene sus propios valores y vías, es innegable. Pero también lo es que el motor que las conduce funciona con una doble alimentación: la estrategia y la creatividad. El plan y la sorpresa. El rigor y lo disruptivo. Muchos, temerosos de que sus méritos acumulados a uno u otro lado del muro, se desvanezcan ante una nueva realidad tienden a renegar de lo convencional o a desconfiar de los nuevos medios.Es el mismo receptor del mensaje quien ve un vídeo o un mupi, un mapping o un envase. ¿Dónde está el problema? ¿Es solo un asunto de código? Siendo honestos, no busquemos excusas. No estamos hablando de figuras renacentistas que dominen disciplinas diversas. Estamos hablando de una tarea sencilla y maravillosa: hablar con otros de temas que nos pueden interesar a ambos. Y hacerlo con todos los medios que hoy tenemos a nuestro alcance.De tan obvio, este principio parece que rechina. Pero seguro que los ejemplos que muestro a continuación cuentan mejor que yo el poco caudal que separa ambas orillas.

Nike. Catch the Flash:




Voicez Sound Producer. Stories:




Coca Cola. Papertweetos:




GranataPet Snack. Check in!




Así que cuando vuelvas a escuchar aquello de “esto lo lleva digital”, “piensa algo para el facebook”, "a ver cómo se lo contamos al de medios" o “esto lo dejaría para un envío”, date la vuelta, agarra el bolígrafo y piensa. Tu móvil hablará con tu tablet; tu televisión quedará con tu facebook; tu twitter se entenderá con tus comerciales. Son seres sociales. Están condenados a comunicarse.
Las ideas crecen y se reproducen en otros entornos. Las buenas, claro.

Todavía no se han levantado las murallas que le digan al talento “De aquí no pasarás”. (Ludwig van Beethoven).

miércoles, 15 de febrero de 2012

Nos han "fastidiao"

Yo no soy un gurú, dicen algunos justo antes de empezar su intervención ante una audiencia ávida de conocimientos. ¡Claro! ¡Nos han “fastidiao”! Pero bien que estás aquí haciéndote el entendido y tuiteando como un loco tu recorrido desde la T4 hasta el salón de actos del pueblo que toque ese día como si fueras el PR de Madonna anunciando su llegada (en el caso de Madonna se puede decir advenimiento).
Yo no soy un gurú pero como emprendedor social, tuitero, blogger y ponente, me he hecho unas tarjetas de Consultor que no se las salta un gitano.
Yo no soy un gurú pero pongo en mi currículum las horas en las que le he estado dando al Keynote, qué nota.
Yo no soy un gurú pero cuando me piden la bio para ilustrar el programa de actos empiezo con un “Experto en Lo Que Se Tercie”, lo que constatan mis tres años de experiencia en Lo Que Se Tercie.
Odio a los gurús, porque son gente muy estirada, que van de sabiondos y no tienen esta cercanía dospuntoceril y este colegueo que yo me gasto con mis seguidores, que -por otra parte- cuento por decenas de miles.
Los gurús dicen que saben cosas y yo sé que nadie sabe nada a ciencia cierta porque esto es un cuadro que estamos pintando entre todos y sólo el que fue a comprar el lienzo, el que tiene los colores y un señor de California con su pincel, tienen una visión realmente avanzada del asunto.
Yo no soy un gurú porque no he firmado ni una sola iniciativa relevante en el mundo del Social Media más allá del concurso que hice en Instagram, el evento que monté para que me amplificaran un montón aquella presentación y los vídeos que mis amigos me graban hablando del buen ambiente que se respira “en esta cita tan importante para el sector”.
No soy un gurú, pero tengo un mínimo de diez documentos publicados con encabezamientos que incluyen los términos “Las 10 tendencias para”, “¿Será este el año de?”, “Los errores más comunes en”, “¿Cómo afrontar una crisis de?” o “Las claves del nuevo algo”.
Yo, que sí soy una referencia de lo mío, que es decir lo que me da la gana en mi blog para mis cinco fans, os aseguro que el Social Media es un grandísimo negocio porque es de los pocos que se alimenta de sí mismo. El contenido, la materia prima, la generas a coste 0 (vale, 0,15, pongamos), la distribuyes a coste 1 y la cobras a 10 porque, como sabio que eres, te mueres por democratizar la disciplina que tú mismo vas construyendo. Como las batas de Amancio Ortega pero en digital. Una bicoca, oiga.